Momento correcto, tiempo correcto :: Un Capaccocha perdido y momias congeladas
“May who illuminated this, illuminate me”
En el 2020 durante la pandemia tuve el honor y la suerte de charlar por varias horas con Johan Reinhard (https://www.johanreinhard.net); no solo una de las personas que más admiro en el planeta pero una de esas leyendas que nunca tuvieron el reconocimiento que se merecen. Cada persona en nuestro continente y especialmente en los países andinos de Colombia a Chile deberían tener su nombre engravado en la mente, los colegios sus libros, los museos sus descubrimientos y las cafeterías sus fotos.
Nuestra conversación se basaba en varios temas entre ellos Llanganates, el valle de Rurec, el Huantsan y uno de los más interesantes, un cerro llamado Ango Raju cercano a la Cordillera Blanca.
Según algunos mitos, Ango Raju fue un lugar de adoración pre-inca (culturas Chavín y Recuay) e Inca horizonte tardío, que tiene varias conexiones con algunas ruinas en sus valles aledaños, varias construcciones importantes, y sobre todo una alineación-enlace (huauque) con el Huantsan (según varias fuentes la deidad más importante de la zona). Es por esto que en 1981, junto a Rob Blatherwick, Reinhard intentó un ascenso a la cima en búsqueda de un posible entierro ceremonial Capac-Cocha (capac-hucha) (*leer The Ice Maiden). Los entierros Capac-Cocha generalmente se distinguen por encontrar cadaveres congelados, a veces identificados como ´momias´, pero en realidad son sacrificios humanos que debido a la baja temperatura y forma de entierro son extremadamente bien conservados. Como referencia, el único entierro Capaccocha encontrado en Ecuador (por el momento) se lo descubrió misteriosamente en la Isla de la Plata (Dorsey 1917).
Aparte de esto, Ango Raju tiene una etimología igual de interesante que sus mitos y leyendas. Según varios vocablos, que algunos tienen muchos aspectos similares con expresiones en Ecuador, Ango viene de - resistente, resistencia, fuerza o también temor.- Y Raju obviamente hielo con su homónimo en Ecuador ´Razo´. Reinhard y su compañero no pudieron llegar a la cumbre en 1981 ya que la roca destruyó sus cuerdas, y en esa época existían aún varios glaciares en la base y cumbre del cerro, pero descubrieron en el camino varias estructuras en ruinas de los periodos anteriormente mencionados.
En el 2021 desde la cumbre de Chaupi Jirca y Cerro Tornillo (Climbing Magazine), con una vista directa hacia el norte, pude ver otra pared que me llamó mucho la atención por su imponente cara sur, el tipo de roca, y el tipo de formación. En ese momento no estaba 100% de que esa pared era Ango Raju, pues hay muchas paredes más y todas parecidas, pero los habitantes de la zona confirmaron su nombre a nuestra salida. Desde entonces quedó grabado en mi mente para un posible retorno. Sin embargo, después de todos los problemas generados con Antamina en ese lugar, quedó en duda si pudiéramos hacer el acercamiento al campo base en el futuro o no. Especialmente si el personal de la mina se daría cuenta de nuestra presencia o si Ango Raju estaba dentro de la propiedad privada de la mina.
Dani Lopez quien aparte de ser un excelente escalador es sobre todo una excelente persona viajó dos días desde Quito para encontrarse conmigo en Huaraz. Dani y yo hemos escalado juntos en varios lugares, pero sobre todo hemos sido los autores de varias líneas en Ecuador que vale la pena mencionar: Inti-Ñan-Simiatug, La Durango -El Rodadero, Hatun-Pacha-Tangan. Entre los dos admiramos los Andes y algunos aspectos de la cultura andina. Pero no solo la amistad y energía positiva de Dani es lo que él trae al juego, sino su extraordinaria disciplina, compromiso e inteligencia infalible. En el caso de viajar por lugares remotos de Perú, nos une un vínculo literal, ese vínculo de cordada que la cuerda ha creado en el pasado, un vínculo de amistad y confianza.
Viajamos desde Hatun Machay directo hacia el poblado de San Marcos donde pasamos una noche caótica intentando solventar problemas logísticos. Una vez arriba en el punto de inicio perdimos desgraciadamente un día (algo que tenía que pasar) ya que no pudimos encontrar a ningún arriero con animales de carga para entrar ´clandestinamente´ a nuestro campo base. La pobreza extrema literalmente al lado de una de las minas más grandes y más productivas del mundo es impresionante. Tan impresionante como observar los ancianos llegando a San Marcos con sus burritos de carga mientras el intendente de la mina parquea su Audi TT en el mismo mercado.
Nuestra primera noche la pasamos en un campo de construcción financiado aparentemente por la misma mina, donde los pobladores que viven de la producción de lana de ovejas tienen su pequeña casa. Aqui nuestro amigo Walti nos da el encuentro para ascender al campamento base el proximo dia. Esa tarde ascendemos al cerro para intentar ver la pared y observar las posibles líneas desde un mirador que nos deja sin aire pero nos permite tener un plan más tangible y visual para los próximos días.
La entrada al campo base fue rápida y dura, asumiendo bastante desnivel positivo y navegando algunos pasos con el arriero para llegar a un plano donde poner nuestro campamento. Afortunadamente este campo base si cuenta con agua, al contrario de Cerro Tornillo y demás, pero está desgraciadamente metido en una quebrada unos 300 o 400 metros debajo de la base de la pared, dificultando un poco los ataques hacia el terreno vertical. Esa misma tarde salimos en marcha a ver la línea de cerca, y posiblemente dejar (como suele ser mi estrategia) un stash de equipo en la base. La pared estaba nublada y a ratos despejada y pudimos analizar con binoculares una posible línea. La roca se veía bastante similar a la de Cerro Tornillo, un poco más oscura, y algo húmeda. Esa noche de regreso al campamento se cayó el cielo, lo cual fue nuestra peor pesadilla. La pared amaneció cubierta de Berg-glass, blanca en la mayoría y todas las fisuras llenas de agua, algo de nieve, pero en fin la pared estaba empapada.
Decidimos ir a ver cómo se comportaba la pared desde cerca. Hemos aprendido a tomar decisiones basadas en hechos y no en sentimientos. Sin embargo, algo me decía que con un poquito más de suerte, un ascenso pudiera ser posible. Después de algunas horas navegando un terreno bastante dramático llegamos de nuevo a la base de la pared, para encontrar la mayoría de nuestro equipo mojado. En una cueva cercana, nos alistamos y cometí el error de dejar, mi billetera, mi celular, y un drone. Mientras nos acercabamos el clima mejoraba, y las ganas de escalar incrementaron.
Decidimos darle un pegue. El primer largo se veía muy bello, pero tomó bastante tiempo. Especialmente cuando me di cuenta que debía cambiarme de zapatos de approach a gatos. El clima se veía 50/50, y en teoría nuestra línea de ascenso iba a ser nuestra línea de descenso. La estación del primer largo la reforzamos con un clavo y un bolt, previendo un posible descenso forzoso si el clima se descomponía. Este largo fueron 60 metros sólidos y un poco de simultáneo para poder jugar con cuerda extra. Desde ese punto tuvimos la gran suerte de estar en el momento correcto, en el día correcto, con la energía correcta. El largo dos aunque corto me demostró la calidad de la roca, sumamente mala, además de las condiciones húmedas y frías. Me hizo acuerdo de los primeros largos de la Norte del Obispo. Los largos 3 y 4 fueron rápidos, inseguros y eternos al mismo tiempo, llegando con las justas a armar reuniones. Si no me equivoco, la estación del largo 5 fue la más precaria y vulnerable de todas, añadiendo run outs considerables negando toda posibilidad de caer. Escalada fácil de dificultad técnica relativamente sencilla, pero con riesgos altos y consecuencias sumamente altas. Mi mente me decía apura, y con Dani tomamos juntos la decisión de seguir a la cumbre pues un descenso por la misma línea se veía cada vez menos probable. Dani fue golpeado en la mano por una roca y esquivó varias con las justas, mientras yo seguía poniendo la cuerda cada vez más alto.
Una vista nos sorprendió seguida por el sonido de alarmas y explosiones de Antamina, cuando desde la pared podemos ver la monstruosidad de operación que sostiene. Las alarmas suenan a las 13:00, estábamos en buen tiempo en el último tercio de la pared.
La cumbre se veía cercana, por lo cual los últimos dos largos fueron ensamblados en simultáneo y en esta sección posiblemente escalamos el crux técnico de la vía para salir a la arista SO a cual es la arista somital. La última estación nos recibió con buena protección y ver llegar a Dani después de 8-9 largos psicológicamente pesados fue un gran alivio. Unos pocos minutos más de terreno de cuarta clase nos ponía por primera vez en la cumbre de Ango Raju desde su cara sur.
Mi primera intención después de la debida felicitación y celebración de cumbre, fue buscar por cualquier evidencia etnohistórica (comúnmente conocida como ´ruinas´). Más de 500 años de glaciación, vientos, congelación y demás, ¿sería posible que algo siga en pie? ¿Seria posible que como otros vestigios en Llullaillaco, Misti, Coropuna etc, Ango Raju posea todavía un entierro Capac-cocha? Recorrí varias veces la arista de S al N, y al principio no me di cuenta pero en la última vez, logré ver una silueta sospechosa de una de las cumbres de Ango Raju, que al alinearse con el Huantsan, tienen la misma figura geométrica. Este tipo de evidencias hay por doquier en los Andes, y el término apropiado se lo denomina Wawki , Huaque, o similar, lo cual a nuestra traducción pasa a ser algo como “Gemelo”. Este tipo de estructuras son lugares de adoración en su mayoría, representan justamente esa interacción entre gemelos, en este caso Ango Raju. (Leer Cieza de León, Tamara Bray, entre otros) No tengo ninguna evidencia concreta de esto, sino fotos y videos, y no poseo nada más que la experiencia de lo visto para probarlo. Más tiempo de investigación es necesario, mayor consultas con arqueología y profesionales en el área para acertar con esta teoría o descartarla. No nos queda nada más que la sospecha.
Debido al tiempo y condiciones no tuve tiempo para hacer mediciones o tomar fotos desde distintos ángulos. Lo que queda del glaciar está unos 5 o 6 metros debajo de la arista, y como en otros lugares donde se han identificado Capacochas, la mayoría de ellos se han excavado (en algunos casos huaqueros usaron dinamita), por lo cual el siguiente paso seria regresar a la fría y desolada cumbre de Ango Raju. Ojo, el acceso a la cumbre por la vertiente O se ve bastante sencillo, considerando que los asentamientos importantes en la zona entre ellos Chavin de Huantar están en esta cara de la montaña. Lo cual puede ser una evidencia de que en el pasado la cumbre haya sido visitada y en efecto, Dani y yo no fuimos los primeros en llegar a esta cumbre sino en escalar la cara S. Pues en la cumbre encontramos evidencia de un hito claramente construido por antecesores.
Sabía que no tenía mucho tiempo, máximo 10 minutos para ver el área, pues estamos expuestos a la merced del clima que se nublada, además que entre Dani y yo sabíamos que no podíamos descender por la misma cara de la montaña debido al tiempo, peligros objetivos, energía, y otra arista la SE se veia bastante dramática y entre las nubes, terra incognita.
No nos quedaba otra que tomar la segura- pero muy lenta- decisión de descender por la cara N, rodear toda la montaña, y retomar rumbo al campo base por la cuenca NE. Afortunadamente, con la tranquilidad de casa y todo el tiempo del mundo, meses antes logré poner una serie de puntos en la plataforma EarthMate de Garmin para un posible descenso tipo Plan B por esta cara. Estos puntos fueron definitorios para nuestro éxito. Navegando con el Inreach en la mano íbamos conectando punto punto, esquivando quebradas formadas por el derretimiento de los glaciares (que hasta 1990 seguían ahí), donde solo hicimos un pequeño rapel de 10 metros. Sin embargo la luz del día se terminaba, y ya con la poca energía restante, falta de agua y fatiga, divisamos el campamento base entre la oscuridad de la noche sino me falla la memoria, unas 14 horas desde que salimos de aquel lugar.
El último día en el campo base, no nos quedó otra que volver a ascender a la base de la pared a rescatar mi billetera, celular y el drone. Los cuales con mucha suerte seguían intactos, no congelados, y secos.
Si creemos y confiamos lo suficiente en nosotros mismo para ser quien realmente somos y no simplemente quienes otros digan lo que somos, entonces tal vez tengamos suficiente suerte para encontrar aquello que nos define o nos describe o nos lleva a vivir una vida en plenitud, cumplida. Esto es lo que significan estas cumbres de los Andes para mi. Tengo un compromiso de por vida con esta región y con esta actividad que me define como escalador.
Compromiso con lo que uno hace, es lo que pocos tienen y muy pocos logran expresar. El compromiso ilumina el camino, remueve obstáculos y persevera. Prende focos que el entusiasta no puede ver ni mucho menos entender. Y por esa razón muy pocos se adelantan con una felicitación por mérito o una celebración de cumbre, la mayoría utiliza su estoicismo para demostrar lo envidiosos que son del talento ajeno sean o no escaladores más experimentados, fuertes, o con mayor trayectoria.
Lo que importa aquí es que hicimos lo que dijimos que haríamos. Por muchos años ya, creímos en nuestro propio ejemplo, y esta vez no decepcionó.
La ruta la pusimos de nombre -The Ice Maiden- en honor a Reinhard y su trayectoria por este lugar, hace 4 décadas.
Gracias especiales a:
The North Face
The Isopure Company
Soulstainable
The Explorers Club
Exodus Travels
Good2Go Foods
Outdoor Prolink
Y a las personas:
Dani Lopez
Austin O'brien
Dr. Johan Reinhard
Rob Blatherwick
Lee Krieger
Amigos y colegas de Akilpo
David Lazo
Marie Timmermans (Q.E.P.D)
Porfirio “Pocho” Cacha
Karen Mazzi (Municipalidad de San Marcos)
Embajada de Perú en Ecuador
PromPeru
Galeria de Johan Reinhard : Todos los Derechos Reservados. https://www.johanreinhard.net
Galeria Felipe Proaño y Dani Lopez 2021